martes, 13 de octubre de 2015

ANOREXIA NERVIOSA

REALIZADO POR: Dayana García Loaiza







La anorexia nerviosa es un desorden alimenticio y psicológico a la vez. Esta condición va más allá del control del peso: el enfermo inicia un régimen alimenticio para perder peso hasta que esto se convierte en un símbolo de poder y control. De esta forma, el individuo llega al borde de la inanición con el objetivo de sentir dominio sobre su propio cuerpo. Esta obsesión es similar a una adicción a cualquier tipo de droga o sustancia. Hoy en día, se registran 4 casos de anorexia por cada mil personas.

Las características esenciales de este trastorno son la distorsión de la imagen corporal, sin reconocer el progreso de la delgadez y el sentimiento general de ineficacia personal. Al principio es sólo una cuestión de grados lo que diferencia a la anoréxica/o de los demás: ante un fracaso o siguiendo el consejo de una amiga surge el deseo de perder peso. Se ponen a dieta y se convierten en grandes expertas en el mundo de la dietética, siguiendo unas consignas mucho más duras y rígidas que las de sus amigas. Cuando las demás han dejado de hacer dieta, la persona con anorexia continúa. La gente le dice que está muy flaca y a ella le encanta oírlo. Le gusta animarse a seguir perdiendo más peso aún. Comienza a desarrollar hábitos alimentarios particulares y rígidos: sólo come determinados alimentos en determinadas cantidades, parte la comida en pequeños trozos y la separa... Aunque tenga hambre es tal el miedo a dejarse llevar que siente la necesidad de mitigar sus efectos y evitar el aumento de peso bebiendo mucho agua, utilizando laxantes o vómitos o realizando una actividad física exagerada. Todas estas conductas anómalas se acentúan a medida que progresa la enfermedad, al igual que las complicaciones físicas: la inanición vuelve al organismo mucho más vulnerable a infecciones, problemas gastrointestinales o hipotermia. Se pierde la menstruación, el pelo se cae, la piel se seca y pierde color. A nivel psicológico aparecen síntomas de depresión, cambios de carácter y distorsión en la imagen corporal que suele ir acompañada de una negación del problema. Siguen viéndose gordas a pesar de estar escuálidas o siguen expresando una graninsatisfacción con su cuerpo y su imagen. Su cuerpo se ha convertido en la definición de su valía como personas y a pesar del estricto control que ejercen sobre él, siguen sin gustarse.


CAUSAS
Algunos expertos creen que esta enfermedad se origina en las altas demandas de la familia y la sociedad: el ciclo destructivo comienza con la presión que el individuo siente por ser delgado y atractivo. El problema se centra, entonces, en una baja autoestima.

TRATAMIENTO
El tratamiento va mucho más allá de la recuperación del peso perdido. Paralelamente a una alimentación nutritiva, el individuo deberá someterse a una terapia psiquiátrica. Esto implica que el tratamiento puede ser guiado tanto por un médico clínico, como por un psicólogo. En los casos más extremos, el paciente deberá ser hospitalizado


viernes, 9 de octubre de 2015

EL NEGOCIO DE LA VANIDAD

Realizado por: Estefany Jiménez Yepes

Los cirujanos estéticos están haciendo realidad las fantasías sobre la belleza de millones de mujeres y hombres alrededor del mundo. Su trabajo en los quirófanos, con el escalpelo o el rayo láser que hace las veces de varita mágica, ha convencido a muchas personas de que la esquiva fuente de la eterna juventud está cada vez más cerca. En esta búsqueda se amplían mucho más los límites de lo posible. Sin embargo, la vanidad tiene un precio que, en algunos casos, llega hasta la muerte.


La vanidad por encima de la salud y la belleza convertida en un negocio lucrativo y riesgoso. Se calcula que en el país 20.000 personas resultan afectadas cada año, pese a lo cual recomendaciones como las que hace la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica para que se verifique la idoneidad de quienes realizan los procedimientos no se toman con la debida seriedad.

En Colombia se realizan al año un promedio de 300.000 procedimientos estéticos y cirugías plásticas, que mueven 400 millones de dólares. Y se presentan alrededor de 10.000 demandas por malas prácticas. Los casos de muerte y deformaciones físicas por procesos inadecuados, realizados en lugares que no cumplen con los estándares de higiene y por personas no capacitadas, así como por el uso de sustancias que no están debidamente registradas ni aceptadas para ser utilizadas en persona, son frecuentes.

En la actualidad, como el narcisismo y la vanidad no conocen ni entienden de épocas de vacas flacas, los clientes siguen llegando a los consultorios o se les atrae con tentadoras ofertas que incluyen planes de financiación. Y aunque el volumen de pacientes no es el mismo de antes es suficiente para que 60 por ciento delos 650 cirujanos plásticos que hay en el país, según cálculos de Pacheco, se dediquen a realizar intervenciones estéticas. 

La responsabilidad no sólo les compete a los organismos de control. Son aún más responsables quienes han hecho de la belleza un negocio sin límites, en el que existen profesionales de pacotilla, personas inescrupulosas y empresas como la francesa de los implantes, que han priorizado sus intereses de lucro sin detenerse en las consecuencias graves que tienen decisiones perversas como utilizar silicona industrial en las prótesis de senos.
Pero también es un problema cultural. El mundo contemporáneo ha impuesto unos cánones de belleza que han llevado a mujeres y hombres, adolescentes o adultos, a jugar con sus cuerpos y con su integridad física con el propósito de ser aceptados por una sociedad que parece haber tergiversado los verdaderos valores. Y el precio, en no pocas ocasiones, es la vida misma.
El siglo de oro de la cirugía estética apenas empieza y el cielo parece ser el único límite como lo cuenta un chiste de moda.

Aquí les dejo un corto e interesante vídeo cómico que muestra claramente la realidad de la sociedad actual con respecto a la vanidad.


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